La sonrisa (horizontal) o el posado en las redes sociales

La sonrisa (horizontal) o el posado en las redes sociales

Las mujeres cuando sonríen están muchísimo más guapas. Esto es así en el desierto, en la ciudad, en el mar, en la montaña o en el Polo Norte-Polo Sur. ¿Quién dijo un día que el posado con cara de enfadada o con morritos era favorecedor? El problema no es quién lo dijo ni el día que lo dijo, el problema es la de mujeres que se lo creyeron.

Paseo mucho por Facebook e Instagram, y está lleno de posados y selfies individuales o en grupo donde las caras serias súper enfadadas y los morritos en plan beso “chungo” son los protagonistas. Yo soy de la generación que crecí con eso de ¿hoy estás de morros? Que quiere decir enfadado, y como me gusta muy poco estar enfadada me di a la sonrisa (horizontal) demasiado abierta y expansiva. Y así llevo toda mi vida “odiando” mis fotos porque se me ven todos los dientes, encías y hasta la campanilla si me descuidas.

En mis paseos por las redes sociales me quedo alucinada con la diversidad de posados y alegría de cuerpos descubiertos principalmente femeninos. Cuanto más enseñan, más serios o morritos tienen ¿Cuál es la relación o ecuación matemática de menos ropa más morrito mirando a la cámara? ¿Qué tipo de advertencia nos quieren decir cuando enseñando casi todo el cuerpo miran a la cámara y se ponen tan serios? ¿Será un no me mires así que tengo novio? ¡Ah! bueno, entonces, por favor, no pose usted así porque así es imposible dejar de mirarle. O a lo mejor es algo así como… Aunque lleve poca ropa tómame en serio, que voy a la Universidad. ¡Ah! bueno, si yo te respeto y te tomo en serio, que no te conozco nada más que de la foto, pero aun tomándote en serio, si posas así no hay manera de dejar de mirarte.

¿Qué les pasa a las mujeres que todas quieren ser una portada del Vogue o del Cosmopolitan? A ver, señoras, y amigas. Una portada de revista es una escenificación, es una producción, es como una obra de teatro, una toma de cine. Requiere un estudio del por qué, la elección de la ropa, el tema, el mensaje, etc. etc. etc. Lo discutible o no de los contenidos o posados no es motivo de análisis del gatito. Pero nosotras no somos portada de una revista, sino portada de nosotras mismas. Por eso cada vez que hacemos foto grupal y todas posando con gesto serio o morro alzado, me veo a mí con todos mis incisivos al aire y me resulta hasta más impúdico que ir en paños menores. Es como, mira mis amigas no enseñan nada y qué posado ante la cámara y yo ahí enseñando todo. Y es que no hay nada más bonito como enseñar abiertamente tu sonrisa (horizontal).

Me confieso bastante activa, no adicta, a la moda de los selfies. Me lo paso muy bien, me río muchísimo y luego me encanta adornarlos con emoticonos de colores, objetos que no tienen nada que ver con la imagen, tipo flores, corazones, helados, arco iris para darles un toque surreal y divertido. El otro día mis padres no entendieron que al selfie que nos hicimos los tres (que a mi padre me costó convencerle horrores!!!) le acabase adornando con unas coronitas de rey, él, de reina, mamá, y yo me planté un ramillete de flores fucsia que estaba encantada porque era imposible no reírse, y así lo lancé al universo Instagram.

Sin embargo nunca me he enganchado a la moda “morros” o a la moda “gesto serio y enfadado de portada de revista”. Primero porque no me gusta. Segundo porque no me sale. Tercero porque no sé posar y cuarto por nada especial que no sea porque NO quiero NO ser yo (ya pasé la época adolescente donde quieres no ser tú y cambiarte por Cindy Crawford o Linda Evangelista).

Haced una prueba. Abrid aleatoriamente una homepage de Instagram. La mayoría de cuentas van de mira qué tetas tengo, que ¡uy! casi se me ven con esta mini camiseta, mira mi culo, y el mensaje es así de claro porque sólo llevan un tanga-hilo dental y como mucho un tatuaje que en vez de tapar anima más a mirar. Creo que cuantas más tetas o más culo, más serio es el gesto o más morros tiene la susodicha para lanzarte ese selfie con beso-morro. Mira mis músculos, y salen posando en unas posturas evidentemente preparadas porque no vas andando por la calle así, o no te sientas a tomar un helado asá, solo estas así para que Instagram muestre tu espectacular musculatura y eso sí, ni un diente, no vaya a sonreír y me contacte algún dentista para decirme, de músculos andas bien, pero de dientes, te vendrían bien unas fundas.

Muchas veces lo pienso ¿será que todos estos son serios porque no han ido al dentista de pequeños? Como prueba, de nuevo, aleatoria, abro ahora mismo Instagram. No puedo publicar, porque violaría sus derechos y copyright, el mosaico que ahora mismo tengo en mi pantalla de iPhone 6+, pero lo describo: 15 mini portadas de diferentes usuarios. De estos 15 hay 17 personajes (algunos son pareja).

  • 4 mujeres enseñan unos abdominales de Schwarzenegger en su época de culturista que no puedo evitar querer tocarlos. Ninguna enseña sus dientes. Ninguna sonríe. Y dos de ellas me miran que me dan muuuuuucho miedo.
  • 6 enseñan descaradamente sus pechos espectaculares a punto de salirse o del vestido o del mini bikini o de la camiseta abierta por todas partes. Solo una enseña los dientes, y mucho porque igual que tiene los abdominales perfectos y los pechos gigantes, ésta sí fue al dentista, intuyo que más que de pequeña, fue hace muy poco a ponerse unas fundas blancas relucientes que toda en conjunto, es que no puedo decir nada que no sea… pues si que está bien… Aun así, la sonrisa, no es sonrisa, no enseña ni las encías ni la campanilla, enseña los dientes igual que los abdominales, porque se han trabajado. De natural no hay ni el peinado porque se nota que recién levantada de la cama, tampoco está.
  • El capítulo de culos también es abundante. De estos 15, 7 va de culos (que no es lo mismo que ir de culo, perdón por tanta expresión grosera). Los magníficos magníficos te los enseñan impúdicamente lo dicho con
    un hilo dental y nada más. Los que saben que hay algo que no los hace tan tan como les gustaría prefieren posar de perfil medio girado y te ponen cara de ¡uy! fíjate que tontería. Normalmente como es lógico con los culos no se ve la cara con lo cual no sabemos si a lo mejor al otro lado están sonriendo, aunque, solo por la postura me da a mí que no.
  • Volviendo a los 15 que han aparecido aleatoriamente. Hay una chica ideal de la muerte que tiene todo: músculos, culo, tetas, bikini, tacones, pelo rubio ideal y sonrisa (horizontal) abierta!!! Nada que decir, recurriré al típico… no tiene pinta de ser muy inteligente.
  • Y luego sonriendo sonriendo hay una pareja que parece muy enamorada, y los dos sonríen de verdad y la foto es simpática y natural y luego hay otra que sólo enseña brazo y hombro y está levantando pesas de perfil, y le tengo que perdonar que no sonría porque está muy concentrada en el esfuerzo de subir pesas y posar a la vez, que no es cualquier cosa.

15 perfiles diferentes y serios muy serios casi todos. Yo es que para la sonrisa (horizontal) he sido siempre así, muy impúdica, y creo que voy a crear una pagina Facebook que reivindique la naturalidad de la misma. Ya lo han hecho y de manera seguro que más profesional de lo que yo lo haría, así que os recomiendo un paseo digital por The Atlas of Beauty y ahí sí que disfrutaréis de la belleza más bonita, que es la belleza natural.

A pesar de todo, a mí me divierte mucho este show off de los medios digitales. No me valen ya los argumentos de la “insociabilidad” que generan. No señores, hemos añadido a nuestros canales de comunicación la dimensión digital desde hace ya más de una década y estos canales unen más que desunen. Lo que desune siempre es el no saber usarlos, pero eso no tiene por qué ser sólo aplicable a lo digital. Cualquier tecnología tiene su doble cara y hay que quedarse siempre con la que abre, alimenta, aporta y une. Y las redes sociales pueden unir y muchísimo y aportar y enseñar. El problema es que hay tanto contenido basura que tenemos que filtrar, pues se filtra y ya está.

Ayer por la noche, después de una cena divertida y sorprendente (por la de cosas importantes de la vida que hablamos y la clave de amor y de humor que le supimos dar, y no me pidan que desvele nada) llegué a casa y como hábito estival me encanta surfear por distintos canales digitales para ver qué han estado haciendo mis amigos, un poco de noticias, algo de cotilleo… Y confieso que me lo pasé fenomenal con un personaje “viral” excéntrico, guapísimo, divertidísimo y seguro que para muchos “odiosisímo” también: el millonario italiano Gianluca Vacchi al que el “postureo” le gusta más que el dinero y ¿sabéis qué? ¡Olé! Los bailes y sus coreografías con la novia, las fotos con sus mega trajes y estupendos outfits y su supuesto chute de self-confidence o “peazo” de adrenalina de confianza (lo que haya detrás o no es un análisis que no me corresponde a mí). A mí me divierte su show off, el por qué esa necesidad de mostrarse o qué hace que te conviertas en influencer y, si te conviertes en influencer, en influencer… ¿de qué? Eso me da igual, quiero decir, nos tenemos que tomar todo más a la ligera. Si te molesta que un italiano postee videos con su novia bailando rítmico-arrítmico pero con un buen rollo envidiable y en unos escenarios, sí, realmente envidiables, pues pasa de él, déjale, pero no hagas de tu no química con su “postureo” un análisis de la validez o no de las redes sociales.

Una vez que nos exponemos al universo digital, una vez que decidimos que esta foto o este vídeo lo lanzo porque me encanta, asumamos también que estamos expuestos a la opinión (hasta de los que creemos amigos…). Ves una foto de alguien que no conoces y dices, mírale, qué colgado o qué colgada, pero ves una foto de tu “amiga”, sí, entrecomillas y… juzgas, presupones y disparas: mírala… hoy se ha visto mona y publica la foto… y resto de comentarios seguro que a todos nos suenan así que vuelvo a Gianluca Vacchi.

Gianluca Vacchi. Imagen de su Instagram oficial @gianlucavacchi

Para mí está buenísimo, incluso con su toque hortera de tatuajes around y músculos por doquier. Viste que te mueres, sobretodo cuando va de rosa y los cortes de sus trajes son solo para hombres como él. Me encanta el rollo baile, porque yo me pasaría bailando todo el día. Y su barco, su vespa, su terraza con piscina y vistas, pues sí, si fuese yo las exhibiría también impúdicamente, entendiéndose como impúdico sin límites de generosidad y sin vergüenza (no confundir con sinvergüenza, por favor).

Yo también soy digital, y de carne y hueso. Y muchos días que me cuesta aguantar una lágrima, que enfrentarme a lo que me toque me parece casi imposible, que he tenido un momento desagradable con alguien pensabas no podía hacer eso, que el trabajo no es lo que se supone tú querías… ese día especialmente, busco dentro de mí, busco más dentro que la preocupación del momento, y, dentro dentro sé que está lo que más me gusta de mí, mi más impúdica sonrisa (horizontal) y entonces me invento un post para que me haga sonreír a mí y a todos los cientos (todavía no miles) de seguidores “sociales” que ahí están. Incluso para los que quieran criticar, si no tienen nada mejor que hacer, también pueden elegir no seguirme, es su business, el mío es más sencillo, en plan ¡venga! esto tiene su gracia y ahí lo lanzo.

Sé impúdico en generosidad y en sonrisa (tú eliges su verticalidad u horizontalidad) y cuidado con los que van de generosos y a la mínima te piden algo in return, como si fuesen dueños de una parte de ti porque te dieron cuando necesitabas… que les den.

Y termino, que voy a poner algo de musiquita y a bailar antes de bajarme a la playita.

Os sigo observando.

@acatinthedesert

A Cat in the Desert

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